MÁS, MUCHO MÁS QUE UN SALARIO
- Jeannette periodista Blizuu
- 18 ene 2017
- 2 Min. de lectura

Tener colaboradores en tu negocio es tener proyectos de vida que pasan en parte por tus decisiones, por tus manos. Es por esto que debes considerar muy seriamente no solamente un salario acorde a las expectativas de tu empleado y además otra retribución que se suela olvidar: el salario emocional.
Son épocas donde la idoneidad y capacidad de las empresas se concreta más por la calidad de sus empleados que por otros factores. Por esto se hace vital considerar como potenciar la satisfacción laboral, a modo de retener a tus colaboradores en sus puestos, y alcanzar un nivel de desempeño acorde a las necesidades de tu empresa. Para lograr esto se debe reflexionar y activar en la interna de tu negocio el cómo mantener a los trabajadores satisfechos, movilizados y ordenados con los objetivos de la organización, sea esta del tamaño que sea.
Pero, ¿Qué es esto?
El salario emocional es un concepto coligado a la retribución monetaria de un empleado en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando su calidad de vida, fomentando la conciliación laboral.
Los empleadores que se han visto en la necesidad de plasmar un análisis de que es lo que puede compensar a un trabajador más allá de lo monetario, han descubierto que invertir en la satisfacción personal de los mismos es el camino adecuado, y por el cual solamente se recogen buenos frutos.
Acá no se trata de entregar una mayor cantidad de dinero, sino de recibir prestaciones que el trabajador concibe como beneficios más valiosos que una subida de salario. Este tipo de
retribución puede actuar como factor motivador muy potente.
¿De qué se habla cuando se menciona salario emocional?
Si bien son beneficios que deben ser concretamente adaptados a la realidad de cada organización, se pueden mencionar;
Capacitaciones ofrecidas por la empresa.
Aumento en la calidad de la relación con el supervisor inmediato.
Facilitación para recibir ideas y sugerencias.
Oportunidades de ascenso y promoción interna.
Nuevas opciones de planificación de la carrera profesional.
Mejoramiento en el clima del ambiente laboral.
Equidad, flexibilidad y reconocimiento de las tareas.
Esta nueva realidad nos muestra con claridad que el básico y muy necesario estímulo monetario no es suficiente para mantener a los empleados contentos. Al existir una escasez de talento, la gente comprende e internaliza que es viable lograr algo más del contratante que una recompensa en dinero.
¡Atención!, el costo de no articular medidas que permitan retener y atraer talento siempre será mayor que realizarlas y esto al final es ahorro de recursos. Se debe reflexionar que cada vez que un colaborador talentoso deja la organización, ésta a la vez, subsidia a la competencia al entregarle un empleado capacitado.
Es un sano y provechoso paradigma. Pagar salario acorde al mercado o incluso un poco por sobre la media ya no es lo que más valora un colaborador. Fomentar nuevos beneficios como permitir conciliar las realidades laborales y familiares, dar elasticidad en el trabajo y mejorar la calidad de vida es no solo lo que está de moda, es lo que se pide.
"El salario económico atrae talento, el salario emocional lo vuelve exitoso"
Jaime Leal, Coaching de Liderazgo español.
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